Es una condición muy común, que se producen lineas atróficas en áreas de la piel donde por efecto del estiramiento de la piel se produce daño dérmico.
Se asocian a algunas etapas de la vida como son la pubertad, el embarazo, las etapas de crecimiento brusco o significativo aumento de peso en poco tiempo, en enfermedades con hipercortisolismo y en ocasiones por el abuso de corticoides tópicos.
Con los tratamientos disponibles actualmente se puede conseguir mejorarlas, utilizando cremas formuladas y complementando con procedimientos como sesiones de luz pulsada o de algunos láser.